Con la base de una excelente novela de terror del denominado "Stephen King canadiense", Patrick Senecal, y que él mismo adapta el guión; Eric Tessier dirige una gran película apartándose de las habituales historias del género para encerrarnos junto con el protagonista en el hogar de una enfermiza y psicótica familia que viven envueltos en una cruenta rutina motivada por su patriarca. El 5150 Rue Des Ormes es la última casa de un tranquilo y sereno barrio residencial de clase media en una pequeña localidad canadiense. Yannick, un joven estudiante de imagen y cine, busca montado con su bicicleta escenarios y paisajes donde rodar con su cámara las prácticas para su carrera. Todo marcha de manera natural hasta que un fortuito accidente le deja magullado, con la bici rota y sin posibilidad de ponerse en contacto con nadie al estar su móvil averiado. Recurre para ello a una casa de aspecto encantador donde encuentra a un taxista que es el dueño de la residencia, al que le pide auxilio y realizar una llamada telefónica para que vengan a recogerlo. Lo que en un principio puede parecer una situación trillada hasta la saciedad en el cine, nada más lejos de la realidad. A partir de estos acontecimientos comienza el martirio del protagonista al escuchar unos extraños ruidos provenientes de la planta de arriba. Tendrá que escoger si subir las escaleras y descubrir el origen o dejarlo pasar.
Excelente Thriller canadiense del 2009, que aterroriza al trasformar una vida rutinaria, cómoda de un joven universitario, salvo por una distancia emocional enorme que lo separa de sus padres; en un encierro atrapado con dos cadenas. Las externas al temer por su propia vida y las de su propia mente en una competición sobre un tablero de ajedrez que lo puede llevar a la salvación o hacia algo peor que perder su propia vida y seguridad. Película sencilla en la parte técnica. Pequeña producción realizada con acierto, sin grandes alardes con el objetivo de mantener en la angustia continua del protagonista al espectador. Un sobresaliente del casting, especialmente sobre los dos personajes en los que recae la responsabilidad de la historia, y sobre todo la del joven pero experimentado actor Quebequés nacido en Montreal Marc-André Grondin, que nos lleva acompañados de la mano en sus atroces e insanos descubrimientos. Un uso excelente de la fotografía, nítida y parca en colores, y una cámara situada siempre de manera íntima para envolvernos en la trama sin hacer extrañezas a la hora de posicionarse o moverse, hacen del filme una maravillosa obra, sencilla pero efectiva dándole la importancia que se merece a la historia. Aunque sea un thriller de terror, gustará también a los detractores del género. En esta película aunque el ajedrez es vital, se obvia la parte técnica del juego para adentrarse en uno de los factores más importantes y trascendentes, el factor psicológico. Muy recomendable. Buenas noches y felices pesadillas. Os dejos con unas imágenes de la película.
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