martes, 23 de diciembre de 2014

LA FIEBRE DEL AJEDREZ


LA FIEBRE DEL AJEDREZ (1925)
Esta joya del séptimo arte, explica de manera clara y simpática la desenfrenada  pasión que muchos sentimos por este juego que va mas allá de una simple afición. Chess Fever, la fiebre del ajedrez (Shakhmatnaya goryachka en ruso)  de 1925 y dirigida por Vsevolod Pudovkin, y Nikolai Shpikovsky, éste último es también el guionista de este genial cortometraje. Se desarrolla  en  el torneo de Moscú de 1925, dónde estuvieron presentes las máximas figuras del momento. Tanto es así, que aparecen varios de ellos en momentos del torneo, y hasta un primer plano y un cameo en el filme,  del carismático, encantador y accesible José Raúl Capablanca. Por entonces campeón del mundo, hablando con la protagonista (no destriparé la escena).  Era el invitado estelar del campeonato y sufrió presiones del régimen cubano de Machado para que no acudiera. Aún así, el campeón hizo caso omiso . Conocía el aprecio que se le tenía en la Rusia soviética, y el maestro Capablanca no temía el contacto con el pueblo. Al contrario, gustaba de relacionarse con los espectadores, fumar un cigarrillo invitado por algún fan, rodearse, empaparse y entender el país que visitaba.
   Este cortometraje fue realizado en tono de comedia. Durante el momento mas crucial del noviazgo de una pareja, la chica tiene dudas del compromiso e implicación real de su pareja en la relación. Ya que su pasión por el ajedrez le lleva a llegar tarde a las citas, no prestarla la suficiente atención. Es un tipo descuidado y despistado que convive con una decena de gatos como única compañía y sus tableros de ajedrez, muchos de ellos siempre los lleva encima. Aún así el amor es verdadero ¿triunfará? Tendréis que verlo completo para conocer el final. Y aunque no seáis aficionados a este maravilloso juego, al que no hace falta ser un buen jugador para amarlo y aprender de él. Os recomiendo ver este cortometraje clásico, considerado una obra maestra del cine. Para cualquier apasionado cinéfilo, será un placer su visionado. Subtitulado en inglés y portugués. Os puedo asegurar que no tendréis problemas para su comprensión.
Puede resultar extremo decirlo, pero el ajedrez siempre ha estado cuando lo he necesitado. Estar con la gente que quieres y te quieren, no significa que descuidemos la intimidad de nuestro pensamiento. Eso significa para mi el ajedrez. Un espacio físico y mental donde relajarme. Alejarme de los problemas cotidianos. Una especie de fuga, una manera de encontrarme y aprender a conocerme. Si habéis visto a gente jugar al ajedrez presencialmente (no online) veréis como la mayoría de veces los jugadores miramos la posición de los trebejos y el tablero sin dirigir nuestra vista al rival. El motivo es sencillo. No importa el contrincante, sino lo que está ocurriendo en las 64 casillas. Las apasionantes posibilidades de juego son infinitas. En realidad jugamos contra nosotros mismos. Tomar buenas decisiones, no precipitarse, mantener la frialdad y la calma incluso en situaciones límite,  tener un plan y alternativas a los imprevistos, capacidad de análisis, aprender a mirar desde diferentes puntos de vista, ser capaz de pensar como lo haría nuestro contrincante; y sobre todo, aceptar con estoicismo, humildad y dignidad, si llega el zugzwang (en alemán "obligación de mover", de Zug, jugada o movimiento de pieza, y Zwang, coacción, obligatoriedad, pronunciado [tsuːktsvaŋ]) - es una posición de la partida en la que estás obligado a mover, pero cualquier movimiento supone un empeoramiento notable de tus posibilidades, dejándote al borde de la perdida - son algunas de las virtudes y enseñanzas que conlleva la práctica de este noble y generoso juego que es el ajedrez. Por supuesto sin olvidar la superación que supone el deseo de mejorar para elevar nuestro nivel de juego constantemente y la aceptación con deportividad de la derrota.

"Las piezas de ajedrez son los componentes del alfabeto que da forma a los pensamientos; y estos  pensamientos, además de hacer un diseño visual del tablero de ajedrez, expresan su belleza de manera abstracta, como un poema...He llegado a la conclusión personal de que mientras que todos los artistas no son jugadores de ajedrez, todos los jugadores de ajedrez sí que son artistas"   Marcel Duchamp

"En la vida ocurre lo que en el Ajedrez. Trazamos un plan, pero ese plan está condicionado por lo que quiera hacer, en el ajedrez, el adversario, y en la vida, el destino.Las modificaciones que el plan sufre con ello son casi siempre tan grandes que en su ejecución apenas resulta ya reconocible en algunos de sus rasgos básicos" Arthur Schopenhauer

"En el Ajedrez, lo más importante no son el rey y la reina, sino los peones, el hombre"  Fernando Arrabal

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